6.12.09

La madre voluptuosa


La madre voluptuosa “sólo ella enseña a sus hijos a gozar del amor”

Ariel Arango

Cap. VII – punto III

La dulce melancolía o el placer en el dolor surge cuando se pierde a la madre puta. La pérdida como tal, sin embargo, sólo debería provocar tristeza, pero la natural respuesta del niño, y como un niño actuó Voldemar, hace que un impropio sentimiento de dulzura acompañe. Un hombre abandonaría rabioso, a la hembra que no quiere coger, y entonces la tristeza ser vería mitigada por el odio, ya que la pena y la ira no comparten el mismo lugar. Pero el pequeño no está en condiciones de adoptar una actitud tan enérgica y, débil e indefenso, permanece al lado de la mujer que lo frustra. Continúa pasivamente adherido a una madre que ya no es más puta sino virgen, y de ese modo sigue amando a quien ahora, lo aflige. Así es como la tristeza se enlaza con el amor. La dolce malinconía aparece cuando amamos a quien nos hace sufrir. Es un desenlace tan repetido como perverso…

(…)

La dulce melancolía es un atributo de todos los amantes de la madre virgen, porque aquellos que renuncian a la sana voluptuosidad del coger no tienen otra alterantiva que la morbosa voluptuosidad del dolor. La negación del cuerpo, enseña el filósofo Nietzsche (1844-1900) es el camino de la gazmoñería, y la gazmoñería es el camino de la perversión.

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